En la Asociación de Fiscales y Funcionarios del Ministerio Público de la Nación (Affmp) no están conformes con la posición que la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, adoptó respecto de la muerte del fiscal que investigaba el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), Alberto Nisman. “Estamos expectantes, viendo lo que está haciendo; evidentemente no es mucho”, respondió el presidente de la Affmp, Carlos Donoso Castex, a LA GACETA, vía telefónica.
En la entrevista, el magistrado a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 20 se refirió a la celeridad con la cual se están desarrollando los acontecimientos en torno al fallecimiento de Nisman y lamentó que por primera vez haya sucedido un hecho de esa naturaleza en nuestro país. Además, consideró que un equipo de fiscales debe reemplazar a Nisman en la causa AMIA.
- ¿Cómo ven en la Affmp el desarrollo de los acontecimientos vinculados a la muerte de Nisman?
- Con muchísima atención, estamos muy pendientes de lo que está pasando. Las cosas se desarrollan con una velocidad inusitada: a cada momento surgen nuevas noticias y evidencias. Estamos muy pendientes.
- ¿Está de acuerdo con el curso de los acontencimientos?
- Es una pregunta muy amplia. La comisión directiva de la Affmp está en reunión permanente con el objetivo de evaluar lo que está sucediendo y los pasos a seguir.
- Analistas dicen que entre los fiscales habría una sensación de miedo. ¿Qué opina?
- Es muy difícil señalar eso a nivel general. Habrá gente que tendrá más miedo; y otros, menos miedo. Evidentemente, un hecho de estas características y naturaleza conmueve a todo el mundo; a todos los fiscales, porque desde lo humano -más allá de la experiencia y profesionalidad que, se supone, deben tener- es un tema que no puede pasar como si nada.
- ¿Hace cuánto que es fiscal?
- 22 años
- Y en todo ese tiempo, ¿recuerda haber vivido una situación semejante?
- No. Nunca tuvimos que lamentar ninguna muerte de un fiscal en actividad con motivo de un hecho vinculado a su función; o que su muerte esté relacionada con una investigación porque, independientemente del resultado que arroje la pesquisa, es indudable que la muerte de Nisman guarda relación con la investigación que estaba llevando a cabo. Eso no ha ocurrido; siempre teníamos reparo de que estas cosas pudieran ocurrir. Ocurrió en otros países de Sudamérica; pero la Argentina, a Dios gracias, no había tenido que lamentar un episodio semejante hasta ahora.
- ¿Marca un antes y un después?
- Sí, sin duda. La muerte de un fiscal no es una cosa que pueda pasar como si nada. Sin duda marcará un antes y un después. Estamos viendo manifestaciones y demostraciones de distintos ámbitos: el país entero está conmovido.
- ¿Cómo debe darse el eventual reemplazo de Nisman, para evitar suspicacias?
- Desde la Affmp lo hemos señalado antes de que ocurra lo de Nisman. Entendemos que ante hechos de gravedad institucional no puede dejarse que un fiscal actúe solo. Se le debe dar la posibilidad de que requiera la colaboración de algún colega, pero que este no le sea impuesto, sino que el propio fiscal que interviene pueda elegir quién colaborará con él.
- ¿Qué se gana de ese modo?
- Es una garantía de que la información que maneja el fiscal no quede sólo en su poder porque le puede pasar cualquier cosa y, entonces, la información se pierde. Si sólo se cambia un fiscal por otro, el que llega no sabe nada del tema, y es una pérdida de tiempo y de recursos. Además, un equipo garantiza la seguridad del fiscal que interviene, porque no es lo mismo cuando son dos o tres que estar solo. Esto fue aceptado por la Asociación Internacional de Fiscales en el protocolo de seguridad aprobado en Helsinki, en 2006. Nosotros solicitamos a la Procuraduría General de la Nación que recepte las reglas de este protocolo de seguridad, pero el año pasado rechazó aquella pretensión.